Se pueden definir las alergias, como una reactividad alterada del cuerpo, manifestada generalmente a nivel de piel, mucosas y vías aéreas, ante ciertas noxas-alimentos, sustancias químicas, ácaros, polen, etc.-.

Pueden presentarse en individuos con predisposición heredada para desarrollar hipersensibilidad a alergenos -que son inocuos para el 80% de la población-, por lo que el “terreno” juega un papel fundamental, o, en personas que han sufrido exposiciones progresivas y crónicas a ciertos contaminantes.

Desde el punto de vista de la medicina convencional se propone como tratamiento:

a) evitar los alergenos
b) desensibilizar a traves de la inyección subcutánea de un extracto de alergeno.
c) aminorar los síntomas con antihistamínicos, corticoides, etc.-

Lo concreto es que, estadísticamente siguen aumentando los casos -se calcula que, dentro de la población pediátrica, son un 20% los afectados- y los factores intervinientes -humo de cigarrillo, medicamentos, radiaciones electromagnéticas-.

Quizas el más importante sea el capítulo de las alergias alimentarias, en especial trigo, leche y conservantes, donde el sistema inmune identifica a las proteínas como cuerpos “extraños”, desconociéndolas y atacándolas, generando una respuesta inmunitaria exagerada, que cuando se hace crónica lleva a un desgaste del sistema que se comprueba con una disminución en los linfocitos T -producidos en el timo-.

A su vez se da un fenómeno de permeabilidad intestinal a estas proteínas, ligado a déficit enzimático, estrés y falta de adaptación a las circunstancias de la vida.

Yendo a lo emocional, vemos una dificultad para discriminar lo propio de lo ajeno, una especie de confusión que deviene en intolerancia, por vivir en estado de alerta excesivo.

Cómo devolver al organismo a su primitivo equilibrio?
Cómo mejorar el terreno para dejar de funcionar en estado de susceptibilidad?
Cómo recuperar y afirmar la justa identidad?

Indudablemente se requiere un nuevo abordaje que contemple tanto las informaciones tóxicas-quimicas/energéticas/emocionales- en intercambio con el biosistema como la singularidad individual reactiva.

A tal efecto es útil el chequeo energético de las sustancias implicadas, practicando un diálogo a traves del pulso-VAS: señal autónoma vascular-radial, que nos permite fehacientemente comprobar la respuesta exagerada y determinar los sitios del biocampo donde es más intensa la reacción. Tomando la información se prepara una “autovacuna vibracional”, que incluye el correcto funcionamiento del triángulo de autoreconocimiento -hígado/bazo/timo-, su conexión con el hipotálamo y la epífisis y la geometría auricular relacionada con el eje de adaptación. Por otro lado es menester compensar las deficiencias de vitaminas, oligoelementos y minerales para mejorar la digestión de las proteínas y la impermeabilidad intestinal.

En muchos casos hace maravillas un medicamento homeopático “similimum”, que, no sólo equilibra el sistema inmune sino a toda la persona facilitando el cambio de hábitos y actitudes. Tan es así que muchos especialistas en alergia comienzan a derivar a sus paciente, al reconocer sus limitaciones terapeúticas.

Vaya por muestra uno de los tantos pacientes que se han beneficiado con ésta visión integrativa de su problemática:

Francisco de 30 años concurre en el 2005, por presentar un cuadro de asma que se detona a la madrugada, por los cambios de tiempo y por situaciones tensas laborales.

En su historia clínica resaltan su intolerancia a la leche vacuna, que le generaba de chico eczema en codos y huecos de las rodillas y que durante su adolescencia tuvo una manifestación predominante de rinitis, a posteriori de recibir una vacunación. Es una persona enojadiza, detallista y autoexigente. Aunque él había suspendido la ingesta de leche, al realizarle el testeo surge dicha alergia claramente y se ubica con más intensidad en la zona hepática. Se extrae la información en equilibrio y se prepara un frasco con gotas para su administración.

Vuelve al mes mejorado de sus sintomas pero con tendencia a reaccionar ante conflictos interpersonales que le producen autorreproche y aislamiento.

Tomando todos sus datos históricos se le suministra Metallum Album en glóbulos y se advierte un cambio radical, no sólo en sus sintomas sino también en su carácter y disposición consigo mismo y sus semejantes.

Como corolario es menester consignar que la leche está presente también en el pan, que se alentó un cambio de dieta, oligoelementos y que Francisco dejó de sentirse “abrumado” y de sostener una agresividad reprimida.