Si bien no existe consenso sobre lo que constituye una microbiota sana, los investigadores han conseguido determinar sus atributos:
• Gran riqueza y/o diversidad de especies: el número de especies diferentes y sus diferencias en un hábitat especifico (el tracto digestivo, por ejemplo).
• Resistencia, resiliencia, y estabilidad en el tiempo: la capacidad para resistir a las perturbaciones (tratamientos antibióticos o dietas desequilibradas, etc.) y para recobrar la estabilidad.
• Una gran riqueza de genes microbianos intestinale: el número de genes microbianos en el intestino sería un indicador de buena salud general y metabólica.
Las afecciones digestivas, la obesidad, la diabetes, las alergias, el cáncer, incluso las enfermedades neurodegenerativas, han sido asociadas a una ruptura del equilibrio en la composición o la función de la microbiota intestinal (una situación que los científicos designan con el término de “disbiosis “).
Por consiguiente, centrarse en la microbiota intestinal ofrece una posible alternativa para tratar numerosas enfermedades crónicas cada vez más frecuentes en el mundo occidental.
¿Dónde podemos encontrar nuestras microbiotas?
Las bacterias existían mucho antes que los seres humanos. Se considera al intestino como uno de los hábitos microbianos más densamente poblados en el planeta. En el hombre, existen también otras microbiotas: en la nariz, la boca, la garganta, el intestino delgado, los pulmones, la vagina y la piel.
Por qué es importante?
Las funciones de la microbiota intestinal son múltiples:
- • La defensa:
- Nos defiende contra los microorganismos nocivos.
- Enseña al sistema inmunitario a distinguir entre amigos y enemigos.
- Degrada las toxinas.
• La nutrición:
◦ Permite la digestión de ciertos alimentos (como las fibras alimentarias) que el hombre no puede digerir.
◦ Cuando la microbiota intestinal descompone las fibras alimentarias, produce moléculas importantes (ácidos grasos de cadena corta, por ejemplo) cuyos beneficios van más allá del intestino.
◦ Facilita la absorción de minerales (magnesio, calcio y hierro).
◦ Sintetiza ciertas vitaminas esenciales (vitamina K y folate [B9]) y aminoácidos (es decir, los alimentos que componen las proteínas).
• El comportamiento:
◦ Puede influir en el estado de ánimo y el comportamiento.
Teniendo en cuenta sus importantes funciones, los investigadores lo consideran en la actualidad como todo un «órgano».