Nuestras emociones han evolucionado con nosotros y por eso son tan importantes en nuestra vida. Hay quien piensa que las emociones no tienen ninguna función y que podríamos ser igual de inteligentes sin ellas, apoyándonos exclusivamente en nuestra racionalidad.
Esta postura siempre me ha parecido extraña porque las emociones son esenciales para nuestra toma de decisiones y para la solución de problemas. Porque las emociones son guías que nos permiten extraer aprendizajes y soluciones de experiencias pasadas. Las emociones se pueden convertir en atajos ante una decisión que tengamos que tomar bajo presión.
Las emociones son mucho más… porque están conectadas y sincronizadas con nuestro cuerpo. Cada emoción hace que el cerebro dé las señales necesarias para liberar ciertas sustancias químicas y hormonas para que el cuerpo active ciertos órganos, envíe la sangre a ciertas partes del cuerpo y ponga en marcha diferentes mecanismos fisiológicos.
Por eso las emociones son esenciales en el ser humano, porque precisamente son las que nos dan esa humanidad.
Emociones e inmunidad
El sistema inmune se lleva estudiando desde hace muchos años y hay múltiples estudios que nos muestran la influencia de las emociones en este sistema de protección. Hoy te hablaré de un resultado sorprendente hallado en un estudio que puedes consultar tú mismo (Rein, G., Atkinson, M., McCraty, R., 1995).
En este estudio, quisieron comprobar cómo cinco minutos de una emoción intensa y desagradable, afectaba a la fortaleza del sistema inmune. También comprobaron cómo una técnica de coherencia cardiaca que promueve el equilibrio emocional a través de emociones como la compasión, era capaz de modificar el funcionamiento del sistema inmune.
Para comprobar la evolución del sistema inmune mientras que los sujetos del estudio experimentaban la emoción y durante las 6 horas posteriores a la misma, tomaron muestras de Inmunoglobulina A salivar, un anticuerpo presente en la secreción de las mucosas y que son la primera defensa para nuestro tracto respiratorio y los sistemas gastroinestinal y urinario.
En general, niveles elevados de inmunoglobulina A, se asocia a una menor vulnerabilidad a infecciones respiratorias. Puedes leer el procedimiento técnico del experimento en el artículo. Yo me voy a centrar en los resultados.
Estos investigadores encontraron algo muy interesante… Cinco minutos de una emoción agradable como la compasión, generaba un aumento de la inmunidad que duraba al menos 6 horas.
Cinco minutos de enfado, provocaba una reducción de la inmunidad que duraba al menos 6 horas. Por lo que esas personas estaban más expuestas a las infecciones.
Es decir, que las emociones desagradables e intensas, deprimen nuestro sistema inmune.
Creo que esta es la mejor manera de comprender cómo las emociones influyen en nuestro cuerpo. Porque la conexión entre nuestro mundo emocional y nuestro cuerpo, es instantáneo y directo.
Regulación emocional y salud
Estos resultados me hacen reflexionar sobre algo importante… la necesidad de vivir a diario con emociones renovadoras como alegría, compasión, gratitud, esperanza, amor. Los budistas saben desde hace milenios que esas emociones son señal de salud y longevidad. En occidente aún nos cuesta un poco entender esta conexión.
Esto no quiere decir que nunca vayamos a experimentar emociones desagradables que nos roban energía. Emociones como enfado, tristeza, frustración o miedo, son necesarias para nuestra supervivencia. Pero es importante que esas emociones no sean habituales en nosotros y que sepamos regularlas.
Porque si un enfado de 5 minutos, altera el funcionamiento del sistema inmune durante 6 horas…. Imagínate lo que puede provocar vivir en miedo, ira o frustración gran parte de tu vida.
En las últimas décadas, gran parte de la humanidad vive estresada. Y las emociones habituales en el estrés son: miedo, enfado, frustración y desesperanza. Todas estas emociones nos desgastan poco a poco. Por eso el estrés es una de las primeras causas de enfermedades crónicas, porque lo que sentimos, altera la manera en que funciona nuestro cuerpo.
Aprender más cosas de tu mundo emocional y saber regular las emociones que sientes, no solo es importante para tu salud emocional y psíquica, también lo es para tu salud física.
Si sientes que convives con emociones que te roban energía y te hacen sentir mal, te aconsejo acudir a un psicólogo que te ayude a conocerte mejor y a relacionarte con tus emociones desde otro lugar.