Sus Caracterísiticas:

En la tradición hindú los chakras -“ruedas o círculos”- son equiparados a la flor de loto. La raíz se encuentra bajo el agua, en la tierra, el tallo en el agua, y el cáliz en el aire, recibiendo la luz del sol. 
De manera similar funcionan nuestros chakras o centros energéticos: sus raíces -glándulas y órganos- se ubican en el cuerpo físico; los tallos -nervios y conductores etéricos (nadis y meridianos)- están en el plano etérico, y los cálices en el plano astral. 

Existen 3 soles principales: Sat, Chit y Ananda que corresponden: el primero a la voluntad, e ilumina los chakras inferiores; el segundo a la conciencia, e ilumina los chakras superiores; y el tercero al amor divino, e ilumina los chakras del medio.

Según la ciencia oriental la fuerza vital del universo fluye desde la coronilla hacia abajo a través de ellos.Usando terminología occidental, constituyen vórtices de relevo para la energía proveniente de planos superiores, sirviendo, en el sistema energético humano, como estaciones receptoras, transformadoras y distribuidoras de las diferentes frecuencias del prana, según la necesidad de las diferentes glándulas y áreas del cuerpo físico. De ahí que sus funciones principales son:

a) VITALIZAR el organismo en su totalidad, a través del cuerpo etérico, la red de nadis y el sistema nervioso -endocrino- inmune.

b) Traer a la conciencia física la cualidad inherente del centro emocional, mental o espiritual correspondiente.

c) Realizar el desarrollo de la AUTOCONCIENCIA a fin de llevar al individuo al estado integral del ser.

Los 7 centros rigen 7 glándulas y son cualificados por 7 rayos.

Al igual que las emisiones de radio operan con longitudes de onda específicas, así cada órgano y sistema corporal está calibrado para absorber y procesar energías específicas. Esto implica que si una zona no está vibrando en su frecuencia allí está localizado el problema.

A medida que pasamos de la infancia a la madurez activamos las energías de los chakras y sus lecciones espirituales en una secuencia de abajo arriba. Por consiguiente, este sistema es una representación arquetípica del proceso de maduración personal a través de 7 fases claras y diferentes. Vamos así ascendiendo y dominando poco a poco, la seductora atracción del mundo físico, transitando el camino de la humanización, a semejanza del clásico “viaje del héroe”.

La mayoría de las personas gastan sus energías en problemas que involucran los chakras inferiores, incluso si la enfermedad se desarrolla en la parte media o superior del cuerpo, ya que su origen energético se encuentra en las fricciones en estos centros por conflictos de dinero-trabajo - pareja - familia, etc.

Es una medicina emergente del proceso de síntesis entre distintos paradigmas médicos. A tal efecto promueve la integración entre las medicinas tradicionales (china, ayurveda), vibracionales (homeopatía, florales, aurículomedicina) y modernas (medicina oficial), rescatando lo mejor de cada territorio terapéutico.

Tiene una mirada holística del ser humano, considerando sus manifestaciones como el de una unidad de conciencia nutrida por bioenergía y que se expresa en los niveles físico-emocional-mental-espiritual.

Concibe los síntomas como una consecuencia de la fricción o desarmonía en el biosistema y a la enfermedad como una estrategia evolutiva que conlleva un mensaje para aprender, comprender y sanar en la vida de cada persona y sus relaciones. Reconoce además que un porcentaje mayor del 70 % de nuestras enfermedades crónicas dependen de hábitos de vida inadecuados y, que una persona incide radicalmente en su estado de salud según el tipo de imagen que tenga de sí misma. Por consiguiente, es decisivo que cada paciente deje de ser víctima de sus respuestas condicionadas y pase a ser agente activo de su propio bienestar. -Considera que promover la salud implica favorecer el desarrollo equilibrado de lo mejor del potencial humano, para que éste pueda revelarse en el servicio de la humanidad y las correctas relaciones en la tierra. También el fomentar la autogestión, los círculos terapéuticos y los grupos de autoayuda, para fortalecer el soporte relacional como uno de los pilares de la salud en la nueva cultura de relaciones humanas.

Durante la consulta se establece un diálogo por resonancia (VAS) que es captado en el pulso arterial al aproximar al cuerpo etérico de cada paciente diversos estímulos como filtros de información (hormonas, tejidos), colores, imanes, frecuencias moduladas (soft-láser de argón), resonadores de arquetipos mórficos (RAM), etc.. De tal manera se trabaja desde los niveles de conciencia, información y energía, precipitando cambios en la materia.-

Amén de lo puramente operativo ya señalado, constituye un aspecto fundamental el acompañamiento de cada paciente en su proceso de auto-descubrimiento, cambio y reconexión con su ser profundo.-

El campo de acción terapéutico es extenso, abarcando afecciones agudas y crónicas como alergias (desensibilizando alimentos, medicamentos, etc.), trastornos autoinmunes, degenerativos, ligados a polución electromagnética y a geopatologías (como el síndrome de fatiga crónica).

La Sintergética es una hija del surgimiento de la nueva cultura, producto de una humanidad diferente a aquella que debimos, como médicos, abordar con criterios casi puramente bioquímicos.

Estas necesidades que incluyen el suministrar una respuesta seria al desafío de la creciente polución electromagnética y el desarrollo monstruoso de la petroquímica, también se relacionan hoy con la elaboración de estrategias que nos permitan afrontar ese vacío existencial, que se ha hecho más intenso en el clímax del consumismo y la crisis en los antiguos patrones de relaciones.

El terapeuta para la nueva cultura no podrá ser el antiguo médico metido en la camisa de fuerza de actitudes, valores y creencias que se pretenden aplicar, como por inercia, a un hombre que ya no existe.

El software –la información, la conciencia del mundo y de sí– transforma de tal manera el hardware, el disco duro de su realidad molecular, que después del ingente bombardeo de los medios masivos de comunicación, el mismo cuerpo humano no podrá tener idénticos patrones de respuesta.

Los nuevos desafíos ya no sólo incluyen la necesidad de dar respuesta a la contaminación microbiana, química y electromagnética, sino que imponen la búsqueda de soluciones para un problema de repercusiones más globales para la calidad de la vida humana: el de la polución informática.

Medicina de la conciencia que se diversifica en cascadas de información, energía y materia, la Sintergética asume la conciencia misma como el común denominador que puede integrar paradigmas médicos y técnicas terapéuticas, en una metavisión que de vigencia social a una medicina que, de tal modo, será más humana.

Hemos de ver la amenaza como un desafío para crecer; como una preciosa oportunidad para humanizarnos. Y esta humanización es la armonización de patrones relacionales representados en la incesante búsqueda de relaciones humanas justas.
Éstas y la armonización relacional del individuo consigo mismo y con la naturaleza, serán así capítulos esenciales dentro de las nuevas ciencias de la vida, como disciplinas concebidas para sistemas abiertos en permanente transformación.
Lejos de los extremos del materialismo estrecho y del vitalismo idealista, lejos incluso de un holismo que totaliza pero no aporta soluciones pragmáticas, la medicina postmoderna expone un integrismo dinámico y fluido, que ya empieza a abrirse paso en un marco relativista, para el que la verdad no es más que un momento de síntesis, en el que múltiples tendencias confluyen para crear la dinámica momentánea de la vida.

*El texto es un fragmento del libro de Jorge Carvajal “HACIA UNA MEDICINA CON ALMA”